Valentín Díaz-Maroto Gómez

;Hablar sobre uno mismo siempre es complicado. A veces lo que uno piensa de sí mismo, no es lo que perciben los demás; Por eso, cuando consigues que los demás te vean de la misma forma en que te ves tú, has dado un gran paso. En eso me ayuda la fotografía: me permite mostrar a los demás cómo soy en realidad y cómo entiendo el mundo.

Por definición soy una persona  muy familiar, extrovertida, positiva, absolutamente trabajadora y muy meticulosa. Así me siento y así me gusta que se perciba a través de mi trabajo.

Me gustan las sonrisas enormes y esos momentos en los que “no debías haber sacado esa foto”. No me gusta dejar demasiadas cosas a la improvisación, al menos sin haber valorado ese imprevisto antes. Nunca bajo la guardia; quizás justo en ese momento, aparece “la foto” que hace diferente un reportaje, un momento que probablemente no se vuelva a repetir; o, al menos, no como en ese preciso instante que, de haber bajado la guardia, se habría perdido para siempre…

Mi carrera como fotógrafo comenzó a los 19 años, después de que una cámara réflex, que pasó por mis manos de manera casual, despertara en mí una curiosidad enorme. Desde ese día, la curiosidad fue siendo más y más fuerte (los que me conocen saben que cuando no entiendo una cosa, le doy vueltas y vueltas hasta que me hago con ella). Pronto me hice con mi primer equipo analógico y comencé a recibir clases que acompañaba con horas y horas de trabajo en casa: largas jornadas de “cuarto oscuro”; pruebas y más pruebas hasta que la cosa se parecía a aquella foto que llamaba mi atención. Nunca he prescindido de las cámaras analógicas, pero el hecho de que desde niño me hayan gustado las nuevas tecnologías provocó que la fotografía digital me atrapara desde el principio: empleaba ambas y las complementaba. Arrancar en fotografía digital con una base en fotografía tradicional es algo, para mí, fundamental.

Y desde esos inicios hasta ahora, he seguido recibiendo formación, asistiendo a numerosas aulas de especialización en iluminación, fotografía deportiva, fotografía infantil, etc. Esto, combinado con numerosos trabajos en eventos de todo tipo, hacen de mí, espero, un buen profesional con gran experiencia y posibilidades para desenvolverse en muy diversas situaciones.

Y todo esto se combina con el hecho de que soy una persona feliz, y eso se nota. Disfruto como un niño con cada foto que hago y eso también se nota. El día que no disfrute con cada foto que hago, estaré perdido. Habré perdido una parte importante de mí.